martes, 12 de julio de 2016

Inmunología y Nutrición Espacial

Inmunología y Nutrición Espacial

Las enfermedades de las vías respiratorias agudas más prevalentes en la comunidad en general son en su mayoría benignas, eventos auto-limitantes principalmente infecciones del tracto respiratorio superior. Los factores que contribuyen a la progresión de la infección del tracto respiratorio superior al inferior de las vías respiratorias no se comprenden totalmente, pero una respuesta inmune innata robusta parece ser crítica para limitar la gravedad de la enfermedad, el bloqueo de la diseminación y la transmisión de persona a persona. El Virus Sincitial Respiratorio (VSR) es la principal causa de enfermedad respiratoria aguda en lactantes y niños de todo el mundo. Dado que una vacuna no se ha desarrollado y la inmunidad es sólo parcial, re-infecciones con RSV son comunes. El RSV también puede causar enfermedad pulmonar potencialmente grave en pacientes inmunocomprometidos adultos. En el espacio, por alguna razón que aún se desconoce, nuestra inmunidad disminuye y el ser humano se hace más propenso a infecciones.
La NASA está realizando un experimento llamado “Ratón Inmunología-2”, que tiene como objetivo determinar el perfil de IFN-a/ß y la respuesta de citoquinas innata a la infección viral en el lavado broncoalveolar (BAL) y tejido nasal. Estos estudios se llevan a cabo en ratones como en AIM1. Ratón Inmunología-2 perfila al IFN-a / SS y respuesta de citoquinas innata a la infección en BAL y tejido nasal, y caracteriza migración celular de tipo dendrítica y su función en el tejido pulmonar y nasal. Estos se llevan a cabo estudios en ratones en el modelo de extremidad de descarga trasera (un modelo basado en tierra bien aceptado utilizado para simular algunas de las condiciones de vuelo espacial y reproducir sus efectos sobre el sistema inmune).
Los investigadores utilizan ambos RSV y hMPV (metapneumovirus humano - infección respiratoria común entre los niños) modelos de infección para caracterizar la replicación viral en los pulmones y los tejidos nasales, gravedad de la enfermedad, la hiperreactividad de las vías respiratorias y la histopatología de las vías respiratorias. Los resultados de los estudios en humanos y roedores sobre los efectos del vuelo espacial en el sistema inmunológico son limitados, pero sugieren que el vuelo espacial tiene algún efecto perjudicial sobre la respuesta a las infecciones, aunque poca o ninguna investigación se ha llevado a cabo en el área de patógenos respiratorios.
Los investigadores plantean la hipótesis siguiente: el vuelo espacial altera la respuesta del huésped frente a patógenos virales respiratorias; la respuesta antiviral deficiente se caracteriza por defecto (s) en la respuesta inmune innata; y los eventos centrales son células productoras de IFN  y su función deteriorada como APC o su tráfico al pulmón.
Considerando los largos períodos que los astronautas pasan en el espacio es necesario comprender que la comida representa mucho más que el mero acto de alimentarse. Por esta razón se sigue trabajando en incorporar platos según las necesidades de los tripulantes espaciales. La NASA incorpora de 3 a 6 platos nuevos cada año. En la Estación Espacial Internacional (EEI) los astronautas rusos y norteamericanos pueden disfrutar de menús variados como chuleta, teriyaki de pollo, huevos revueltos y bife strogonoff con fideos, que forman parte del menú NASA, mientras que la carta rusa combina pollo y arroz, pescado y omelettes de jamón y ciruelas. Ambos menús también presentan una variedad de frutas y vegetales que deben ser consumidos en el término de 3 días, según detalla el Centro de Investigación Glenn de la NASA. Actualmente también se puede disfrutar de algunas delicias gastronómicas en el espacio.
En esa dirección apuntan trabajos del Centro Nacional Francés de Estudios Espaciales, 64 Alimentos Argentinos que ha desarrollados menús que incluyen codornices asadas, pechugas de pato rellenas con alcaparras, pollo al queso con retoños de apio y puré de papas con nueces. De postre se ofrece arroz con leche, frutas cristalizadas, agua y jugos. Otra opción es el Menú Barcelona, realizado por un grupo español y presentado a la consideración de la Estación Espacial Internacional. La propuesta comprende nueve platos, entre ellos escalivada de berenjena y pimientos envasada al vacío, guisantes con zanahoria y panceta, canelones trufados, pollo con cigalas, queso con membrillo y esferas de chocolate decoradas como planetas. Las comidas que se degustan en el espacio son elegidas por los astronautas, siempre y cuando su ingesta cubra las necesidades nutricionales básicas.

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